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EL SUEÑO DE NUESTRA COMUNIDAD ES DESARROLLAR UN PROYECTO DE TURISMO VIVENCIAL PARA INTERCAMBIAR EXPERIENCIAS Y MOSTRAR LAS TRADICIONES Y LA CULTURA SHIPIBO.

M i nombre es Teddy Cairuna y soy un líder de la comunidad indígena Shipibo- Konibo en la selva de Perú. Vivo con mi esposa y cuatro hijos; y brindo apoyo a las autoridades locales de la comunidad de Nuevo Saposoa en temas relacionados con la gestión y la gobernanza territorial.

 

El sueño de nuestra comunidad es desarrollar un proyecto de turismo vivencial que permita intercambiar experiencias y mostrar las tradiciones y la cultura Shipibo. Queremos dar la bienvenida a los turistas, convivir con ellos y enseñarles a tejer y pescar. Una de las actividades más importantes es proteger nuestro territorio y nuestros bosques para evitar que personas de afuera y extranjeros se aprovechen y destruyan nuestra tierra.

 

Tenemos un problema de deforestación y daño ambiental; hay muchas comunidades que se dedican a la tala ilegal; queremos dar un ejemplo a estas comunidades, siendo protectores del bosque, ya que él nos protege a nosotros y nos da todo lo que necesitamos como materiales para la construcción, alimentos, medicinas y aire limpio; sentimos que podemos comunicarnos con él, por ejemplo, cuando queremos usar una corteza de árbol específica para curar una enfermedad, le pedimos permiso, hablamos con el bosque, pedimos su fuerza para ayudarnos a sanar.

 

Sin embargo, carecemos de servicios básicos como agua limpia; ni siquiera consumimos agua potable, solo tenemos acceso al agua de la laguna, pero es agua estancada y provoca enfermedades como los parásitos en nuestros hijos.

 

Teddy Cairuna, líder de la comunidad indígena Shipibo-Konibo en la selva de Perú.  Fotografía: Lizeth Yarlequé
Teddy Cairuna, líder de la comunidad indígena Shipibo-Konibo en la selva de Perú. Fotografía: Lizeth Yarlequé

 

ESTAMOS MUY LEJOS DE LA CIUDAD Y ESTO NOS HACE SENTIR QUE NO TENEMOS APOYO; NOS SENTIMOS OLVIDADOS Y SOLOS EN LA SELVA.

También carecemos de acceso a Internet y por eso no podemos beneficiarnos de la educación en línea, ya que hoy en día la educación se realiza de esta manera. No recibimos señal de teléfono, por lo que no podemos comunicarnos rápidamente con otras personas; en estos tiempos hay emergencias, así que esto es un problema para nosotros. Hay otra comunidad a dos horas de distancia de la que recibimos un poco de señal, pero, para obtenerla, hay que trepar a los árboles o encontrar formas de trepar a los techos de las casas. Estamos muy lejos de la ciudad y esto nos hace sentir que no tenemos apoyo; nos sentimos olvidados y solos en la selva.

 

Un problema adicional es que las mujeres que hacen artesanías en la comunidad ya no tienen ingresos debido a la pandemia de COVID-19. Las mujeres no pueden salir a la ciudad y los turistas no pueden venir a nuestra comunidad. El gobierno nos ayudó a lo largo de los años brindándonos incentivos económicos para desarrollar diferentes actividades, como la construcción de un pequeño albergue para turistas, una casa donde las mujeres puedan reunirse y hacer manualidades juntas, paneles solares y un tanque de agua, pero esto ya no está funcionando.

 

Las mujeres hacen joyas con semillas locales del bosque. Fotografía: Lizeth Yarlequé
Las mujeres hacen joyas con semillas locales del bosque. Fotografía: Lizeth Yarlequé

 

Queremos mejorar nuestra infraestructura y mejorar las casas de huéspedes para turistas. Con la ayuda de amigos, aprendí a crear una página de Facebook y un grupo de WhatsApp, por eso, en los últimos años hemos recibido turistas, pero el resto de la comunidad no sabe cómo hacer esto. No tenemos un sitio web de la comunidad y no tenemos acceso adecuado a Internet, pero sabemos que tenemos la capacidad de aprender si tuviéramos la formación.

 

Nos gustaría tener la opción de hacer reservas en línea y aprender a hacer un plan de marketing; esto nos ayudaría a saber cuántos turistas vienen cada mes y cuántos ingresos nos dejarían; esto podría generar más empleos para las mujeres de la comunidad que no tienen trabajo debido a la pandemia. Tenemos planes de comprar equipos como una computadora portátil y una impresora, pero no sabemos cómo usarlos, esto es lo que nos preocupa. Con la formación nos sentiríamos más autosuficientes, no nos sentiríamos como una comunidad olvidada o discriminada.

 

La conectividad sigue siendo un gran desafío. Fotografía: Lizeth Yarlequé
La conectividad sigue siendo un gran desafío. Fotografía: Lizeth Yarlequé

 

MEJORAR NUESTRA INFRAESTRUCTURA Y RECIBIR CAPACITACIÓN NOS PERMITIRÍA MANTENER NUESTRA CULTURA, NUESTRAS CANCIONES, BAILES Y OTRAS TRADICIONES QUE SE ESTÁN PERDIENDO.

Mi hija tiene muchos sueños; me dice que cuando termine la secundaria quiere postular para ir a la universidad; son muchos los adolescentes que tienen sueños como ella, por eso estamos tratando de buscar más alternativas para que nuestros hijos dejen la comunidad y se vayan a la ciudad a continuar sus estudios.

 

Mejorar nuestra infraestructura y recibir capacitación nos permitiría mantener nuestra cultura, nuestras canciones, bailes y otras tradiciones que se están perdiendo. En muchas comunidades, los jóvenes se sienten avergonzados de su lengua materna, Shipibo-Konibo; sin embargo últimamente estamos viendo que nuestro idioma se está utilizando en las universidades, lo que nos enorgullece y queremos que los jóvenes también se sientan orgullosos. Esto nos ayudaría a valorar y proteger nuestra comunidad y nuestro bosque; estaríamos beneficiando al mundo entero.

 

Muchos niños de la comunidad esperan algún día ir a las ciudades a continuar sus estudios. Fotografía:  Lizeth Yarlequé
Muchos niños de la comunidad esperan algún día ir a las ciudades a continuar sus estudios. Fotografía: Lizeth Yarlequé

 

Lizeth Yarlequé es una apasionada documentalista, video-periodista y productora peruana que desarrolla historias con el fin de lograr un impacto social, ambiental y cultural; esto la ha llevado a que muchos de sus proyectos sean transmitidos en grandes medios de televisión mundial.

Su documental ‘Two More Weeks’ sobre la pandemia en Perú ganó como Mejor Cortometraje Documental en el ‘Festival de Cine ISA’ de los Estados Unidos en Julio de 2020.

Fotografía de Lizeth Yarlequé.

 

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